Los conductores más pausados “probablemente representan un peligro para la seguridad vial”, según un estudio reciente de la Facultad de Toronto. La meta de esta investigación fue mostrar los peligros de conducir bajo los efectos del cannabis. Mas los datos solo enseñaron que los clientes de cannabis conducen más retardado, que se encuentra dentro de los hábitos más firmes de la conducción exagerada.
Inútiles de mudar sus datos y no prestos a aceptar que sus suposiciones de THC -fóbicas podrían estar fuera de sitio, los estudiosos optaron por esta conclusión muy extraña: que una conducción más lenta y menos combativa se encuentra dentro de los riesgos de prender un cigarrillo.
“Se requiere más investigación sobre los efectos agudos y residuales del cannabis”, insistieron. Suena tal y como si estuviesen aguardando un resultado falso positivo para asegurar sus miedos.
¿Qué ocurre en el momento en que los clientes de cannabis conducen si no están bajo la predominación? ¿Son más capaces para pisar el pedal intensamenta?
No es de este modo, según un informe reciente de Traffic Injury Prevention , que examinó el encontronazo duradero del consumo de cannabis en la conducción de un vehículo motorizado. Estudiosos de la Facultad de Iowa, Yale y la Facultad Estatal de Rojo cooperaron en una investigación que evaluó una exhibe de treinta conductores jóvenes, precisamente media parta de los cuales consumían cannabis de cuando en cuando por semana. Los que consumían cannabis “conducían más retardado que los no clientes”, tenían “menos cambios de dirección y menos cambiantes” y “una agilidad de retroceso del pedal del acelerador más baja”, concluyó el estudio.
En otras expresiones, los fumetas, en el momento en que están sobrios, conducen con más precaución y de forma más recurrente.
Suena como una buena nueva, ¿verdad? Aparentemente no, según los estudiosos del National Advanced Driving Simulator. En su análisis, aseguran que “los conductores sobrios que consumen cannabis tienen la posibilidad de tener un más grande peligro de accidentes automovilísticos, lesiones y muertes”.
Mas se olvidaron de nombrar, en su discusión, que los no individuos estaban acelerando en promedio, en tanto que los entusiastas del cannabis tendían a conducir bajo el límite de agilidad. Es aterrador reflexionar lo que los editores de Traffic Injury Prevention piensan una conducción segura si, para , acatar las leyes de tránsito es un “problema médico pública”.
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